El Índice de Precios al Consumo se situó en un 8,7% en mayo, lo que supuso una subida del IPC del 0,8% respecto al mes anterior y del 0’4% con respecto al pasado año. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que, en su conjunto, los precios han aumentado un 4,9% en el último año. En el pasado mes de marzo, hay que tener en cuenta que se había registrado un 9,8% del IPC, la cifra inflacionaria más elevada en 37 años.
En cuanto a la actual situación del crecimiento inflacionario, con las cifras del pasado mes de mayo de 2022 en la mano, muchos analistas hablan ya de las cifras más altas desde 1995. En abril, la inflación se había moderado súbitamente 1,4 puntos. Sin embargo, este breve respiro en la escalada inflacionaria llego a su fin con la continuidad de la subida de precios.
Medidas que se han tomado ante la subida del IPC
El hecho de que la inflación permanezca en máximos históricos se debe fundamentalmente al constante incremento de los precios tanto de carburantes como de productos alimentarios. También las bebidas no alcohólicas han conocido una constante escalada de precios.
La célebre bonificación gubernamental de 20 céntimos de euro por litro de carburante en nuestro país ha amortiguado levemente tan constantes e ininterrumpidas subidas. Empero, estas últimas han llegado, incluso, a afectar a las propias ayudas. Todo ello se relaciona con el plan de choque aprobado por el Ejecutivo para frenar los efectos económicos de la Guerra Ruso-Ucraniana.
Entre las medidas incluidas para paliar la subida del IPC (que se prolongará hasta finales de este mes de junio) se incluyen la prohibición de los despidos laborales por causas vinculadas a la guerra, el tope a la subida de alquileres (fijada en un 2%) o la mencionada bonificación de cada litro de gasolina repostada por los usuarios.
Además, se han ido repartiendo tantos ayudas directas y subvenciones con que paliar la crisis, como créditos blandos del Instituto de Crédito Oficial (ICO). El objetivo primordial de estas políticas es revigorizar un tejido productivo dañado por los efectos de la Guerra de Ucrania.
En cuanto a la inflación subyacente -que es aquella que no incluye alimentos no elaborados ni productos energéticos-, se incrementó en mayo 0,5 puntos, hasta alcanzar los 4,9. Ello también la sitúa en máximos históricos.
Según declaraciones del Catedrático de Economía Santiago Carbó a TVE, el Banco Central Europeo (BCE) ha actuado para intentar controlar los precios, y buena porción de este crecimiento inflacionario se debe a las importaciones. Sin embargo, apunta Carbó, el nivel de la inflación subyacente continúa siendo preocupante. Este mismo experto señala el fracaso de las políticas antiinflacionarias de bonificación de la gasolina, así como el papel en la espiral inflacionaria de los márgenes de beneficio empresariales. Al mantenerse inamovibles estos cuando el precio de las materias primas sube, los precios finales aumentan.
Según el Ministerio de Economía, la inflación irá desacelerándose paulatinamente durante la segunda mitad de este año 2022. No obstante, también se ha puntualizado desde este Departamento ministerial que no se descartan oscilaciones económicas para los meses veraniegos.
Sin embargo, este mismo mes de junio fue aprobada por Bruselas la “excepción ibérica” propuesta por los Gobiernos español y portugués para rebajar las tarifas de la electricidad. El Real Decreto-ley, medida legislativa de emergencia, ha sido aprobado por el Congreso de los Diputados, y supone un respiro en la actual escalada inflacionaria.
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