Sergio Ramos ha perdido 19 millones de euros en un proyecto inmobiliario. Concretamente en el desarrollo del madrileño Barrio de los Berrocales, proyecto al que hace más de veinte años dio luz verde el Ayuntamiento de Álvarez del Manzano, y que se situaría entre el Ensanche de Vallecas y Vicálvaro, del que lo separa la autovía A-3.
Este proyecto residencial, en principio prometedor, ha atraído cuantiosas inversiones, pero en el caso de Sergio Ramos no ha habido suerte. La sociedad inmobiliaria de Ramos, Desarrollos Inmobiliarios Los Berrocales (DILB), ha perdido tal considerable cifra de dinero durante el último ejercicio fiscal.
Los principales inversores de esta sociedad son el propio defensa del Real Madrid, accionista mayoritario con un 49,99% a través de su propia empresa Sermos 32, y la cadena de supermercados Eroski, con un 49%. En el capital de la empresa también está incluido el propio padre del futbolista: José María Ramos, con un 1%.
Además, y según todo parece indicar, la sociedad DILB ha podido finiquitar un crédito de 35 millones de euros concedido por un Banco que ya no existe (Pastor, absorbido por el Popular y este a su vez por el Santander) merced a un acuerdo con los acreedores actuales.
Estos son el citado Santander, y el fondo buitre norteamericano Blackstone, que ya es el mayor casero de nuestro país, pues actualmente controla en torno a 30.000 viviendas a través de sus propias socimis (sociedades de inversión de capital inmobiliario).
Los terrenos antes pertenecientes a Ramos (500.000 metros cuadrados en la finca La Fortuna) ahora son propiedad de dicho fondo y del Banco Santander, a través de una filial de ambas empresas: Inversiones Inmobiliarias Canvives. La razón es que Blackstone controla el 51% del crédito a través de su filial de servicios financieros Aliseda, y que la parte restante es controlada por el Santander.
¿Los terrenos se perdieron o se vendieron?
En la zona de lo que será el barrio de Los Berrocales debían construirse unas 100.000 viviendas, pero por diversos factores (entre ellos, la pandemia) los planes urbanísticos municipales se han ido retrasando, lo que han supuesto una gran pérdida de dinero y un considerable endeudamiento del futbolista, deuda al parecer ya saldada por el mencionado pacto.
A ello hay que añadir que hay dos versiones contradictorias de lo sucedido: amén de lo arriba expuesto, otra cosa muy distinta es lo que sostiene el jugador del Madrid. Este afirma que no hubo dación en pago y que sus terrenos fueron vendidos a cuatro inmobiliarias.
Sin embargo, tales compañías negaron rotundamente a periodistas de la publicación económica Cinco Días la veracidad de tal versión de los hechos. Asimismo, las afirmaciones de Ramos carecen por el momento de todo respaldo documental.
En la actualidad, el jugador todavía controla una pequeña porción de los terrenos de la finca La Fortuna, gracias a un pacto con Aedas Homes, Kronos y Vía Célere, a cambio de que se retirase de la puja de aquella parte de los terrenos que fue de DILB pero no de Ramos ni del grupo Eroski. Precisamente a cambio de que retirase toda pretensión al respecto, tales sociedades le concedieron una indemnización en especie: más terrenos.
Los Berrocales ha supuesto un proyecto urbanístico siempre polémico: aprobado por el PP en los años 90, ha sufrido diversos retrasos. Carmena lo paralizó y quiso impulsar un rediseño de las fases en que había de estructurarse en un principio.
Pero el Tribunal Superior de Justicia de Madrid declaró nulo el Plan de la alcaldesa, y esta recurrió en casación ante el Supremo. Los diversos avatares políticos y pandémicos por los que ha pasado el municipio de Madrid capital en los últimos años han terminado pasando factura a Sergio Ramos, y por último sus intereses en este desarrollo urbanístico se han visto fatídicamente contrariados.