Los precios del alquiler durante este 2021 seguirán a la baja en los próximos meses, según las previsiones de los expertos. Los máximos históricos de los precios de arrendamientos habían sido alcanzados ya en el 2019, antes de la pandemia de Covid, y el actual estado generalizado de los ingresos y el poder adquisitivo de los arrendatarios y las familias ya no permite tales desafueros económicos.
Se habla, por lo tanto, de estallido o deshinchamiento progresivo de la burbuja del arriendo en las zonas donde ha habido mayor concentración de mercado y capitales destinados a los alquileres urbanos: fundamentalmente, la capital española y la Ciudad Condal.
Profesionales del sector como Antonio Carroza, de Alquiler Seguro, habla de un “efecto botella de champán”. Toda la demanda de arrendamientos residenciales acumulada que no encontraba salidas durante el confinamiento domiciliario de 2020, conoció una eclosión o estallido repentino a partir de que los españoles pudieron salir de sus casas y se pudieron retomar las visitas residenciales a inmuebles.
En el caso de Barcelona, es preciso hacer hincapié en que la sobreabundancia de oferta y la considerable mengua de demanda (no sólo por la pérdida de poder adquisitivo de los españoles, sino también por la caída del turismo), lógicamente han provocado un paulatino descenso de los precios del alquiler, que previsiblemente se acentuará en los próximos meses de este año. En Madrid el fenómeno es muy similar.
Se ha buscado más zonas verdes, más metros cuadrados de vivienda y mayor calidad de vida por menor precio
Antonio Carroza señala también que, en contraste con el descenso en las zonas más tensionadas, se ha producido un aumento de las rentas en otras zonas del país, precisamente en aquellas donde el potencial inquilino busca es una mayor tranquilidad, más zonas verdes y más metros cuadrados de vivienda: mayor calidad de vida por menor precio. Algo especialmente valorado en nuestro país desde el punto de ruptura, el hiato histórico que ha supuesto la pandemia.
Sin embargo, también se incide en la idea de que muy probablemente la demanda de alquileres residenciales continuará creciendo entre 2021 y 2022, gracias sobre todo al trasvase desde el mercado de la propiedad y la compraventa al del arriendo.
Anaïs López, de Fotocasa, habla de la importancia del cambio de alquileres turísticos a alquileres residenciales como factor que contribuyó vigorosamente a la subida de los precios tras el confinamiento domiciliario. Sin embargo, ella también insiste en que en Barcelona y Madrid los precios están cayendo entre un 12 y un 8%, respectivamente.
López afirma que muy probablemente la limitación de precios por el Ayuntamiento barcelonés sea uno de los factores más determinantes para la mayor caída de precios de alquiler en la capital catalana, mientras que en Madrid no existen tales limitaciones. La pandemia puede haber acelerado la tendencia a la caída de los alquileres que ya se registraba entre finales de 2019 y el primer trimestre de 2020.
Estabilidad en los precios del alquiler y mercado inmobiliario
Por otra parte, esta experta afirma que no son probables en tiempos próximos de superación de la pandemia, subidas superiores del 10%, ya que los efectos de la crisis económica aún persisten en los bolsillos de los españoles, y en general, de los europeos.
En Madrid y Barcelona es harto sabido que ya se había tocado techo en el segmento de los arriendos inmobiliarios.
Según Jorge Sena, de Knight Frank, el trasvase de alquileres turísticos a tradicionales es una excelente noticia para los potenciales inquilinos, pues tenderá a incrementar y estabilizar la oferta, con efectos positivos de bajada y moderación de los precios del alquiler, así como de un mercado más estable, sin las oscilaciones, altibajos, y vertiginosas subidas que han caracterizado al sector del inmueble durante los últimos años.
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