Los muebles robotizados son una propuesta puntera para el hogar del siglo XXI, y llega para solucionar uno de los problemas del inquilino de hoy: los espacios reducidos. Y es que, inevitablemente, la mayoría de la gente ha de habitar en viviendas de escasa extensión.
Así es como Ikea puso en marcha Rognan, un proyecto tecnológico que, mediante muebles convertidos en robots que funcionan de manera automatizada, puede aprovechar al máximo y optimizar las viviendas más pequeñas.
Tal proyecto ha sido desarrollado junto con una empresa donostiarra: Ori Systems, del joven ingeniero y emprendedor guipuzcoano, afincado en Nueva York, Hasier Larrea. Con un botón se puede desplegar o plegar una cama, un vestidor, una librería, una mesa, etc.
¿Podríamos convertir un piso de 40 metros en uno de 80?
Lo más curioso del asunto es que el propio artífice de estos muebles robotizados, se aplicó el invento a su propio micropiso neoyorquino. El lugar donde trabaja es lo mismo un despacho que un dormitorio con cama, armario y otros muebles plegables controlados por botones.
Una iniciativa que recuerda a El hotel eléctrico, aquel famoso corto mudo de ciencia-ficción cómica de un cineasta aragonés e internacional de principios del siglo XX. Pues bien, la fantasía de aquel pionero cinematográfico parece verse plasmada en los artificios de este siglo XXI.
Larrea extrajo la idea del estudio de los problemas de la urbanización masiva y la actual concentración demográfica en las grandes ciudades, unido a la penetración de la revolución tecnológica digital en la vida cotidiana más inmediata.
el IoT o Internet de las Cosas, es el ejemplo de cuanto venimos diciendo. Por lo tanto, la ambición de este ingeniero vasco es transformar el paradigma actual de arquitectura y mobiliario de diseño partiendo de la robótica, para así resolver problemas espaciales muy concretos.
Los muebles robotizados proponen una solución a los espacios reducidos
En los Estados Unidos, el negocio de los muebles robotizados se está viendo considerablemente impulsado por los promotores inmobiliarios, que, como es lógico, se hallan muy interesados en que prospere una propuesta de optimización de espacios residenciales reducidos.
Algunas de las ciudades más populares de EEUU como Nueva York, Boston o Chicago, ya lo aplican gracias al acuerdo con Ikea para aportar sus innovaciones y aplicaciones en muebles robotizados de la multinacional escandinava.
En una época de teletrabajo y donde el espacio doméstico tiene cada vez más protagonismo (también en lo laboral) la propuesta de Larrea está llamada a un triunfo, sobre todo, en ciudades cosmopolitas, pero quién sabe si pronto disfrutaremos de ellos cualquiera de nosotros.
