En la actual situación de segunda ola pandémica, la misma tendencia a buscar vivienda en municipios rurales y apartados del mundanal ruido de la urbe (que habíamos observado ya en la época del confinamiento domiciliario) ha resurgido con renovado ímpetu. Los factores de esta preferencia creciente por los pequeños municipios y las zonas rústicas son variopintos, algunos de ellos muy obvios, y otros quizá no tanto.
Sea como fuere, no cabe duda de que la actual y difícil situación general está ocasionando un cambio sustancial en el mercado de los inmuebles, y que la descentralización de la oferta más allá de las ciudades y de las capitales, es un hecho cada vez más palpable.
¿Cuáles pueden ser las causas de esta tendencia?
Algunas de ellas son evidentes, y otras se corresponden más bien con los cambios sociales y económicos del momento histórico en que vivimos:
- Como ya sucedió en el trimestre del confinamiento domiciliario, el temor de verse de nuevo confinado a la vivienda o bien a una determinada provincia o término municipal, hace que las propensiones de muchos consumidores se inclinen por áreas más tranquilas, con menor aglomeración humana, y más cercanía con zonas verdes.
- La diferencia entre los precios de la ciudad y los del campo o los pueblos es más que considerable, llegando a abarcar en muchos casos hasta más allá de un 60%. En una época en que la crisis económica y el empobrecimiento de una gran parte de la población son un hecho consumado, esta inclinación por la vivienda de los pueblos es lógica.
- El ascenso del teletrabajo y del trabajo virtual u online es otro hecho incontestable ante la velocidad del contagio en las épocas de rebrote. Ya que en muchas situaciones laborales y profesionales no es necesario o no indispensable el trabajo presencial, muchos prefieren vivir en un entorno más tranquilo y saludable, sobre todo si es para habitar en familia.
Cómo se concreta actualmente esta tendencia
Según un estudio publicado por la web Idealista, sólo durante el mes de noviembre de 2020 un 14’8% de la vivienda buscada en este afamado portal se situaba en poblaciones de menos de 50.000 habitantes.
¿Dónde se buscan más viviendas rurales? Basándonos en las estadísticas de Idealista, estos serían los datos más relevantes al respecto:
- El norte de la Península es el lugar donde mayor demanda se observa en la actualidad. En Navarra se ha llegado nada menos que a un 44’1% en noviembre. En Aragón, a un 35’2%, y en La Rioja a un 32’9%. En Cantabria el porcentaje de búsquedas en de un 43’9%. Por lo tanto, en un desglose de los datos que tenga por objeto las Comunidades Autónomas, se aprecia a simple vista que los correspondientes a estas autonomía septentrionales son ciertamente impresionantes.
- Curiosamente, en otras comunidades, como Castilla-La Mancha, el interés por los inmuebles rurales ha disminuido. Ello quizá se debe a la rápida propagación de la segunda oleada pandémica en estas autonomías, incluyendo también los municipios apartados, quizá por su mayor relación con Madrid. Sin embargo, también se aprecia esta reducción en Murcia y en Extremadura.
- También resulta curioso que en un desglose por provincias de estos datos, figuren en cabeza, además de la mencionada Navarra o provincias aragonesas (Teruel y Zaragoza), otras como Soria (con un 52’4%) o Huelva (con el 42’7%, quizá explicado porque, al carecer esta provincia andaluza de costa marítima, sus precios normales no han solido verse tan alterados al alza por el turismo y las vacaciones, al menos en la época prepandémica).
- En algunas, pocas, provincias septentrionales españolas, el interés por la vivienda de pueblo ha menguado: Orense y Ávila son los ejemplos más visibles.
De nuevo podemos observar cómo la oferta inmobiliaria con la actual crisis se replantea y metamorfosea de manera constante.
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