La desescalada está provocando también un mayor ritmo en la demanda inmobiliaria. La nueva edición de Barómetro Inmobiliario, importante publicación de datos del sector, indica una mayor estabilización de los precios desde la desescalada, con mayor tendencia al alza.
Este estudio, realizado por la UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios) y SIRA (Spanish International Realty Alliance) incide fundamentalmente en el actual sentimiento de mercado de los profesionales inmobiliarios, para así perfilar las tendencias actuales y anticipar las inmediatamente venideras.
La recuperación del ritmo de trabajo en el sector de la vivienda se acompañan de un mayor movimiento en la compraventa de inmuebles. La demanda inmobiliaria crece. En la fase de confinamiento, 6 de cada 10 profesionales hablaban de una caída de la demanda y de la tramitación de la compraventa, mientras que ahora ya un 30% habla de estabilización, un 25% de crecimiento moderado, y un 10%, de crecimiento medio.
Con el cierre de operaciones está sucediendo algo muy similar: el 40% de los profesionales hablaba de un radical descenso de los cierres durante el confinamiento, en la actualidad de la desescalada un 35% habla de estabilización. A ello hay que agregar un 55% que cree que esta situación se mantendrá y tenderá a mejorías crecientes.
Un aumento moderado de la demanda inmobiliaria. Interés por comprar vivienda
Un 35% de los profesionales del sector hablaba de descensos de hasta el 50% en interesados en comprar inmuebles durante el confinamiento. Pero de nuevo la desescalada vuelve a aportarnos datos de interés: ahora tan sólo un 10% habla de una bajada radical del interés por adquirir una vivienda.
Si nos ponemos del lado de los vendedores, al igual que en la anterior edición de Barómetro Inmobiliario la tendencia hegemónica en la actualidad es la estabilidad. Un 37% de los profesionales ve la situación como estable, en tanto que un 20% habla de crecimiento moderado.
En las semanas de la desescalada, ya un 40% de quienes laboran en las ofertas, operaciones y transacciones inmobiliarias. Esta situación de estabilidad con proclividad a un cierto incremento de ventas será muy beneficioso para el sector en términos laborales y profesionales, pues permitirá mantener las plantillas de las agencias inmobiliarias.
Crece la demanda de segundas viviendas amplias y con zonas verdes
Si vamos por comunidades, también en provincias relativamente secundarias del sector español del inmueble, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja o Cantabria los datos son parecidamente halagüeños.
No es de extrañar que José Manuel Fernández, de UCI, insista en que el último Barómetro Inmobiliario es sin duda una gran noticia para el sector.
En general, se observa un amplio panorama de optimismo por parte de los integrantes del día a día del inmueble en nuestro país. La inversión de capital extranjero y la mayor inclinación por adquirir segundas viviendas y viviendas apartadas del mundanal ruido céntrico y allegadas a zonas verdes.
Retroceso del alquiler turístico frente al convencional
Son dos de los puntales que han de sostener este segmento de la economía, todavía maltrecho por las estocadas de la pandemia y el confinamiento, pero henchido de esperanza de cara a un futuro inmediato que ya se presenta prometedor merced a las cifras y a la actitud positiva de los propios profesionales.
Instituto de Valoraciones, sociedad de tasación de inmuebles que cuenta con la homologación del Banco de España, habla de un importante cambio en el rumbo de las inversiones inmobiliarias.
Así por ejemplo, el alquiler turístico está retrocediendo a pasos agigantados frente al alquiler tradicional, que vuelve a ganar enteros y es la tendencia que ahora mismo va en cabeza del mercado.
Además, los inversores que buscan hacer negocio con los inmuebles adquiridos se verán más afectados por el descenso de las cifras que aquellos inversores, sobre todo extranjeros, que buscan viviendas turísticas y para residir tras su jubilación, sobre todo en zonas costeras e insulares españolas.